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La política de recortes y aranceles de Trump puede borrar décadas de progreso en la lucha contra el cáncer

Manifestaciones contra los recortes sanitarios de Trump en Nueva York.

Antonio Martínez Ron

7 de abril de 2025 22:04 h

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Los recortes de la administración Trump en la infraestructura de investigación sanitaria de Estados Unidos tendrán un gran impacto en la lucha global contra el cáncer, hasta el punto de que podrían detener algunos ensayos clínicos y líneas punteras de investigación. Bajo las órdenes del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) liderado por Elon Musk, el Gobierno prevé la eliminación de unos 1.200 puestos de trabajo en los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) y ha cancelado cientos de subvenciones, además de recortar un 15% en los llamados “costes indirectos”.

Esta situación está repercutiendo ya en muchas líneas de investigación contra el cáncer, no solo en Estados Unidos, sino a escala global, puesto que los NIH son el principal financiador mundial de estos programas y los plazos para aprobar las partidas presupuestarias llevan meses posponiéndose. Según un reciente artículo publicado en la revista Nature, la inversión anual de los NIH es de 47.000 millones de dólares, 25 veces más en subvenciones que el siguiente mayor financiador, la organización benéfica Wellcome. Esta financiación permite a los investigadores centrarse en problemas científicos durante cuatro o cinco años y han sido clave en el desarrollo de la inmunoterapia y otros avances clave contra el cáncer.

Según CBS News, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) prevé despedir o prejubilar paralelamente a casi una cuarta parte del personal, unas 20.000 personas, muchos de ellos implicados en la investigación contra el cáncer. “Nos preocupa que estos mandatos generalizados puedan borrar décadas de progreso en la lucha contra el cáncer”, asegura a este medio Anjee Davis, directora del grupo de defensa de los pacientes Fight Colorectal Cancer. Su organización denuncia uno de sus miembros, que recibe tratamiento para cáncer colorrectal en etapa IV, ha visto cómo el ensayo clínico en el que iba a participar se canceló de la noche a la mañana. “Ese es solo un ejemplo”, señala. “Hay muchísimos más”.

Medios especializados como STAT news denuncian que la investigación contra el cáncer está sufriendo “efectos devastadores” por otras vías, como los recortes en el Consorcio de Investigación en Salud de Defensa, que dedica unos 750 millones de dólares anuales de fondos federales para investigación contra el cáncer. El borrador del presupuesto para este año no incluye fondos para el cáncer de páncreas, uno de los más mortales y para el que no hay tratamientos, así como para otras investigaciones contra el cáncer de riñón o pulmón. 

Un régimen de terror

Entre los especialistas estadounidenses y europeos consultados por elDiario.es hay reticencias a hablar en público por miedo a las represalias. “Dado que están revisando ordenadores y teléfonos celulares de investigadores que viajan a EEUU, mejor no menciones mi nombre”, pide uno de ellos. “La situación está tan mal que ahora nadie se atreve a decir nada”, añade otro veterano investigador, que trabaja en Alemania. “Voy a EEUU y me preocupa qué puedo llevar en mi ordenador y en mi móvil, como cuando te vas a China”. 

Voy a EEUU y me preocupa qué puedo llevar en mi ordenador y en mi móvil, como cuando te vas a China

El temor se extiende en todos los ámbitos: en las reuniones de máximo nivel se comenta que Francis Collins y otros altos cargos del NIH han renunciado por miedo a que Trump y los suyos les persigan judicialmente. Algunos medios estadounidenses, como The New York Times, hablan de “caos y confusión” en los NIH como consecuencia de las medidas tomadas por el DOGE, y aseguran que se han recortado cientos de subvenciones altamente competitivas solo por incluir términos como “minorías”, “transgénero” o “SIDA”. 

Según denunció el portal ProPublica, a los empleados del Instituto Nacional del Cáncer se les ha prohibido publicar sin supervisión información sobre temas “controvertidos” o “sensibles” como las vacunas o el autismo. Esto explica por qué muchos investigadores europeos que trabajan en colaboración con el NIH están cambiando sus currículos y eliminando toda referencia a proyectos relacionados con la diversidad o igualdad, ante la posibilidad de que les penalice.

“Nerviosos y alerta”

“Por lo que me dicen mis colaboradores de NIH, por el momento los despidos del Departamento de Salud están afectando más a personal administrativo que científico, aunque los científicos están —obviamente– nerviosos y alerta”, explica un investigador español que trabaja con colegas al otro lado del Atlántico. De momento, multitud de convocatorias se han ido retrasando, sembrando la incertidumbre entre miles de científicos a nivel internacional, cuyos proyectos dependen total o parcialmente e esta financiación.

“Están paralizando todas las grants (subvenciones)”, indica otro experto. “Los programas de doctorado americanos están contratando la mitad de gente que antes y por primera vez están poniendo una cláusula en la que se indica que pueden dejarlos colgados a la mitad, algo que no habían hecho nunca”. 

El otro gran impacto es el recorte de los ‘gastos indirectos’ de las universidades y hospitales, que son muy importantes y afectan al día a día, indican las mismas fuentes. Esta decisión acaba de ser paralizada por un juez, pero se espera una pronta apelación por parte del Gobierno. Según un reciente artículo en Science, en 2023, los NIH invirtieron casi 9.000 millones de dólares en costes indirectos, destinados a apoyar a los laboratorios, estudiantes y personal. La falta de presupuesto para este personal puede afectar a los ensayos clínicos, porque muchos de ellos necesitan un seguimiento que se financia por esta vía.

Si el salario de médicos y técnicos que siguen los efectos de determinado fármaco en los pacientes depende de que reciba un proyecto del NIH, igual no pueden seguir con ello

“Si el salario de médicos y técnicos que siguen los efectos de determinado fármaco en los pacientes depende de que reciba un proyecto del NIH, igual no pueden seguir con ello”, indica uno de los investigadores consultados. “Yo creo que los ensayos clínicos punteros de las farmacéuticas no están particularmente en peligro”, opina otro experto. “Lo que es posible es que resulten afectados otros tipos de ensayos, los que denominamos ensayos académicos o ensayos independientes, que dependen exclusivamente de la financiación pública”.

En las últimas décadas ha aumentado la supervivencia y el beneficio de los tratamientos contra el cáncer, pero esta nueva política puede producir un parón, recuerda un especialista. “Seguramente, durante unos años no va a haber un crecimiento tan fuerte para tumores generales, pero quizá si en un montón de tumores muy agresivos en los que la única esperanza para quienes los padecen o sus familias es que uno de estos ensayos clínicos tenga éxito”. Por ahí vendrá uno de los mayores impactos, a su juicio, que es el golpe psicológico de saber que para su tipo de cáncer no hay nadie trabajando por falta de apoyos. “En otras palabras —resume—, saber que no tienen esperanzas”.

Aranceles y tratamientos 

La otra gran espada de Damocles que se cierne sobre los enfermos de cáncer son los aranceles, por la escalada de precios que podría afectar a los tratamientos. De momento, la administración Trump ha decidido dejar fuera a los fármacos europeos, pero ya ha amenazado con incluirlos en el pack de productos con cargas arancelarias en un futuro. “La decisión del Gobierno de Estados Unidos de no gravar con nuevos aranceles los productos farmacéuticos es una buena noticia, porque los medicamentos son un bien estratégico y vital para el bienestar de la sociedad”, aseguran desde la Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica.

El 24% de los insumos importados provienen de EEUU. Este impacto aumentaría los costes de producción y haría que la producción en Europa fuera menos competitiva

Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica (Farmaindustria)

En Farmaindustria expresan su “preocupación” por cómo va a impactar la subida de aranceles anunciada por EEUU y la respuesta de la UE para otros componentes necesarios en la fabricación de medicamentos, ya que el 24% de los insumos importados provienen de EEUU. “Este impacto aumentaría los costes de producción y haría que la producción en Europa fuera menos competitiva”, indican. “Es necesario que la Comisión Europea dialogue con el Gobierno de EEUU para mitigar los riesgos”.

Creemos que esta situación creada por la decisión de aumentar los aranceles va a impactar en los investigadores en cáncer

Asociación Española contra el Cáncer (AECC)

Aunque todavía es pronto, indican desde la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), sí sabemos que las medidas de la administración Trump van a tener efectos en materia de tratamientos, ensayos clínicos o investigación en cáncer . “Desde la asociación nos gustaría conocer cuáles son los planes que tienen la Unión Europea y el Gobierno de España para que estos aranceles no perjudiquen a las personas enfermas y se garantice que seguirán recibiendo el mejor de los tratamientos posibles”, aseguran. “Creemos que esta situación creada por la decisión de aumentar los aranceles va a impactar en los investigadores en cáncer y en este sentido, nuestra asociación está preparada, no solo para que retorne el talento español, sino para importar talento y que pueda desarrollar su trabajo en España”.

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