Si al leer el término acuicultura te has sentido como Spiderman al ver por primera vez los portales de Doctor Extraño, debes saber que ésta es la práctica del futuro. Se trata del cultivo sostenible de pescados, mariscos y algas en mares y ríos, un imprescindible para nuestra alimentación, ya que el 17% de las proteínas que consumimos provienen del pescado. Este porcentaje aumentará según pasen los años (y las películas) y es por eso que la acuicultura tiene una importancia capital tanto ahora como en el futuro del planeta, ya que gracias a ella podemos seguir obteniendo los mejores pescados, mariscos y algas sin mermar las especies ni su entorno. "Actualmente la acuicultura supera en producción mundial a las pesquerías y sin ella sería imposible proveer de productos acuáticos y proteínas de calidad a la creciente población mundial", explica Ariadna Sitjà, una mujer de ciencia que quizás no salve al mundo coordinando a Los Avengers, pero lucha por conseguir un futuro mejor dirigiendo desde 2019 el famoso Instituto de Acuicultura Torre de la Sal. Ariadna lleva años dedicándose a mejorar esta práctica, pues es profesora de investigación del CSIC en este instituto donde se centra en las enfermedades que afectan a los peces.
La científica habla de su trabajo, concretamente de la emoción de responder preguntas esenciales: descubrir cómo garantizar la salud de los peces, cómo les pueden afectar ciertas patologías y cómo puede combatirlas el pez mejorando su sistema inmunitario. “Cada vez que conseguimos responder una pregunta, se nos plantean tres nuevas”, apuntala con una sonrisa. Y es que si España es un país de referencia (además de tradición, ¡¡¡2.000 años!!!) en cuanto a acuicultura se refiere, es por personas como Ariadna, que se preocupan por cuidar al detalle el origen, entorno y calidad de las especies de nuestros mares y ríos. También asociaciones sin ánimo de lucro como Apromar (Asociación Empresarial de Acuicultura de España y Organización de Productores Europea). Esto es muy importante, ya que "el valor nutricional del pescado es clave para el buen desarrollo neurológico, el buen funcionamiento cardiovascular y del sistema inmunitario. Nos aporta proteínas de calidad, altamente digestibles, ácidos grasos omega 3, minerales como el potasio, selenio, yodo, zinc, magnesio, calcio y fósforo, y vitaminas A, B12, B6, y D".
Innovación, salud y sabor
Hace años, cuando ibas al mercado a comprar, lo normal era que al ver los precios de algunos pescados te pusieras como Bruce Banner (Hulk) cada vez que le entra el agobio. Las temporadas, la escasez de producto o la exclusividad eran las causas, pero gracias a la acuicultura ese momento verde ya es historia. Esta práctica ha democratizado productos como la lubina, el rodaballo, el lenguado, la trucha, el atún rojo, la corvina y la dorada. Esta última especie es la clave para el plato favorito de Ariadna: dorada (de acuicultura, por supuesto) a la sal. A la hora de escoger la procedencia, ella no tiene dudas ya que "el nivel de frescura de los pescados de acuicultura suele ser mayor que el de pesca. El día antes de estar en la tienda, los peces están nadando y la cadena del frío entra en acción rápidamente. Además, existe un estricto protocolo de buenas prácticas para el proceso de crianza, incluyendo el sacrificio para minimizar su sufrimiento y mantener la calidad".
Sobre estas líneas, dorada a la sal, antes y durante el proceso.
Ahora bien, ¿cómo identificar los productos de acuicultura cuando vamos a la compra? Ariadna recomienda "fijarse en las letritas de las etiquetas de los productos, la información está ahí para poder elegir y valorar". Para escoger, dentro de la oferta nacional de productos acuícolas encontramos más especies que en el multiverso. En el mar: mejillón, dorada, lubina, corvina, rodaballo, anguila, seriola, lenguado y atún rojo. En los ríos, esturión y trucha arcoíris... Pero ojo, porque también podemos encontrar tesoros verdes como el fitoplancton.
Justo antes de despedirnos de Ariadna Sitjà, una científica con una gran trayectoria y reconocimientos que la respaldan, le pedimos un consejo para los jóvenes investigadores. Ariadna aconseja que los chicos y chicas "tengan constancia y tesón, esta es una carrera de fondo, una maratón, en la que hay muchos obstáculos que ir saltando, no hay que desfondarse o decepcionarse en los primeros kilómetros, si tienen vocación lo conseguirán". Puede que Ariadna Sitjà y la acuicultura no lleguen a inspirar filmes taquilleros, pero con todo lo que han hecho (y lo que les queda por hacer) por el planeta y el futuro, seguro que ya forman parte de nuestras historias más humanas, profundas y entrañables.